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sábado, 26 de noviembre de 2016

El fin de los días de enfermedad

No hay mucho de nuevo en mi vida. El martes estuve muriendo también, pasé el día viendo películas. El problema es que la conexión a Internet va fatal y las únicas películas disponibles son comedias románticas, mis archienemigas! Aún así ya vi varias, son tan tontas. 

Aunque todo es mejor si se tiene café con baileys

El miércoles fue más de lo mismo, aunque Eli me envió una fotografía de algo que cambiaría un poco las cosas. Hay unas conferencias en Nueva Zelanda y tramitó la visa para ir. Pero todo lo hizo muy tarde, el vuelo era el jueves y desde el lunes no tenía información alguna de la visa. Sin embargo justo un día antes su pasaporte llegó desde Londres, le habían aceptado la visa y ahora se iría por aproximadamente 20 días. Comimos pizza para celebrar, porque aún no me encontraba bien, además de que ella tenía mil cosas por hacer, como empacar.

El jueves Eli se fue en la mañana y así fue como me quedé sola, en medio de la nada, sólo con ovejas a los alrededores y la ciudad más cercana a 15km de distancia. Un poco desolador cuando se está enferma. Lo bueno es que me compró suficiente comida para sobrevivir por un buen tiempo. Digo, de las 70 libras que le dí, quedan 30, así que si fue bastante hahaha

Fotos de los alrededores de la casa, para que vean que no exagero XD








Sin embargo me fui sintiendo mucho mejor durante el día. Lo que fue bueno porque no quería cancelar una cita que tenía. Ahora, usar tinder aquí es todo un reto. Todo mundo vive a kilómetros y kilómetros de distancia en diferentes pueblos, ciudades o directamente en medio de la nada como yo. 

El chico en cuestión y yo nos habíamos quedado de ver en una villa a una distancia caminable desde donde estoy. Es que ese lugar es más bien como un barrio. Algunas casas, un supermercado y fuimos a beber al bar de un hotel porque no había más. En fin, el asunto es que llegar hasta allá dio miedo. Salí a las 6:20 p.m, estaba muy oscuro y lleno de neblina. En la carretera no hay alumbrado, si no pasan carros, no se ve absolutamente nada, negrura total. Lo que también da pie a poder ver muchísimas estrellas en el cielo. Me quedé unos minutos mirando hacía arriba porque no estoy acostumbrada a ver un cielo tan estrellado.

Sin embargo debía de ir a lo largo de la carretera, armada con la linterna de mi celular y esperando a que ningún carro pasara sobre mí. Crucé lo más pronto posible para que los carros fueran contrarios a mi dirección y así pudieran ellos ver mi linterna y yo verlos a ellos. Aunque había tanta neblina que no se si llegaron a verme.

Así se veía en la mañana, en la noche ni con la linterna se podía ver nada

Llegué al lugar donde nos encontraríamos y esperé unos minutos. Entramos y... había olvidado las libras en la mesa de la cocina. Decidí no pedir nada, de todas formas mi garganta no estaba como para tomar alcohol. Sin embargo después de un rato el chico me invitó una bebida local. No pude ver el nombre, pero sabía como vino tinto con un puñado de azúcar.


Caminamos al rededor del lugar y nunca caminábamos más de 10 minutos cuando llegábamos a la carretera, en cualquier dirección que tomáramos. Además hacía muchísimo frío, por lo que decidí regresar a casa, todavía tendría que andar 40 minutos por la carretera. Lo bueno es que a esa hora ya no había tanto tráfico y tenía a alguien con quien hablar.

Ayer viernes ya me sentía mucho mejor. Aún no quise salir para no empeorar mi garganta, bastante imprudente había sido salir el día anterior. Pero como ya tenía energías, decidí consentirme con algo mejor que pan tostado o pizzas instantáneas. Preparé pollo al horno con verduras y me quedó tan rico, Creí que había hecho mucho, pero no, me lo acabé todo.


Y ese fue mi día, vi más películas tontas y por fin compré el boleto para ir a México a finales de enero. La oficial de migración puede dormir en paz hahaha

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