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jueves, 10 de agosto de 2017

Polonia, ese lugar que me hace engordar

Y después de un largo camino de silencios incómodos y preguntas en polaco que no lograba comprender llegué a Torun, la ciudad de Copérnico y las galletas de jengibre.

Pueden tener los dos en uno

Me dirigí a la oficina de turismo a preguntar donde dejar mi mochila, me dijeron que ahí mismo, que el costo eran dos zloty la hora y cerraban a las 6:00 p.m. Eran las dos, así que en total me costaría 2 euros dejarla, valía la pena, tenía la espalda adolorida. Dejé mis cosas y me encaminé a la plaza central para encontrarme con Philipp, a quien había conocido el año pasado en Gdansk por tinder. Seguimos la comunicación todo este tiempo y me invitó a volver a la ciudad donde vive. Puesto que la ultima vez me quedé encantada con Gdansk, y lo admito, también con él, acepté gustosa y nos quedamos de ver en Torun para explorar un poco juntos.

El centro histórico es reconocido como patrimonio de la humanidad por la UNESCO. Es de verdad una belleza lo bien conservada que está esta ciudad medieval, además de ser la ciudad más vieja en Polonia establecida desde al año 1233. Comparada con Cracovia, Varsovia e incluso Breslavia o Gdanks, la ciudad no tiene tanto turismo internacional. Cuando fuimos estaba lleno de alemanes, polacos y uno que otro chino.

¿Qué se puede hacer en Torun? Caminar, caminar y caminar. Uno se puede maravillar con las vistas que ofrece cada rincón del centro. Tienen un museo del jengibre, pero no entramos, lo que si que hicimos fue comprar galletas en una de las muchas tiendas que hay alrededor. Tienen de todo tipo, pero yo compré las sencillas con un poco de azúcar porque me encanta sentir el sabor del jengibre sin distracciones.






El río Vistula








A un lado de la torre inclinada hay una pequeña terraza, en la tienda de abajo se puede comprar alguna bebida o helado y subir a tomarlo, es muy agradable

Con Philipp, a quien siempre le hacía burla sobre si ya había ido a su retiro de yoga en Bali


La casa de Copernico

Y pues Copernico mismo

Después de caminar un rato en que nos fuimos acercando más y más, nos besamos y... me dolió. Ya venía sintiendo los labios raros desde la noche anterior. 

A la tarde nos sentamos en un parque a hablar y contarnos que habíamos hecho todo ese tiempo. Yo estaba cansada y el autobús todavía tardaría una hora en llegar, nos arrepentimos de no haber comprado el boleto para el autobús anterior a ese.

Casi hora de irnos y nos fuimos a la estación. Creo que me fui dormida todo el camino a Gdansk, llegamos casi a las 11 y por suerte el tranvía pasó justo cuando llegamos a la estación. Después de 45 minutos llegamos a nuestro destino y después de una buena bienvenida cerré los ojos y no supe nada del mundo hasta el día siguiente.

Ese día él se fue a trabajar y creo que yo estuve durmiendo y despertando todo el día, un horror. Ni siquiera recuerdo que comí, creo que nada. Además había despertado con los labios increíblemente hinchados y me dolía hasta abrir la boca. Creo salí a caminar un rato y después preparé comida mexicana. Cuando fui a comprar los ingredientes a un supermercado que quedaba en el centro comercial pasé frente a una tienda de ropa y vi unos vestidos lindos. La curiosidad mató al gato, sólo quería ver como me quedaba y terminé comprándolo, no importa que tan hippy antisistema (Que mamón se escuchó eso) sea una persona, al final terminará cayendo en las garras del consumismo. 

Y no necesité inyectarme nada ;)

Cociné, Philipp llegó del trabajo y después de comer nos fuimos un rato a la playa a disfrutar del oleaje mientras comíamos un delicioso waffle. Que por cierto, no tienen nada que pedirles a los de Bélgica y están más baratos. Me hubiese gustado meterme a nadar, pero hacía mucho frío, ese día había estado lloviendo durante el día.

Sol, arena, mar y un waffle ¿qué más se le puede pedir a la vida?

Ni me respondían, debe ser porque soy mujer

Llegó el sábado y no salimos de la cama, y lo que quiero decir con eso es que estuvimos dormidos hasta las 4:00 p.m, yo no estaba cansada pero él me pegó el sueño. Cuando por fin pude hacer que abriera los ojos me llevó hasta un parque/bosque con un punto de observación para poder ver la ciudad. De ahí nos fuimos a comer a un milkbar (restaurantes polacos subsidiados por el gobierno y que por ende son muy baratos con porciones enormes, eso sí, nadie habla inglés) y regresamos a su apartamento para ver películas. Lo que es algo complicado ya que tenemos gustos muy distintos, a él no lo haces ver horror ni a palos, así que finalmente opté por algo que podría ser el gusto de ambos y terminamos viendo la nueva película de La Bella y la Bestia. También vi dos películas que a él le encantan, si yo no me impongo todo el tiempo.

Sólo un árbol que me gustó

Ja! ¿Quién necesita the dark hedges?



Zurek y Vigos, casi muero después de toda esa comida

El domingo era mi ultimo día y esta vez no lo quería pasar encerrada, además era un día soleado y agradable. Decidimos ir hasta Sopot caminando por la playa, estaba a unos 5 kilómetros por lo que era perfecto. El lugar estaba lleno de personas tomando el sol o nadando, ahora sí había lamentado el no haber llevado traje de baño, pero me gustó sólo caminar sintiendo la arena y agua en mis pies.


Caminamos alrededor de la calle principal y de ahí tomamos el tren a Gdansk. Fuimos directo a comer, él ya no quería saber nada de comida polaca porque lo había hecho comer mucha, pero yo si. Así que él esperaría a que comiera y después iríamos a que él buscara otra cosa. Pero hizo un comentario que me molestó mucho y a eso súmenle que los labios me dolían muchísimo (Incluso podía sentir el sabor a sangro si los presionaba un poco), terminé enojada y diciéndole que era mejor que me dejara comer sola y él se fuera a buscar algo por su cuenta y ya luego nos veríamos. Pude calmarme mientras comía.

Ya que nos volvimos a ver me dijo que no volvería a sacar aquel tema y caminamos un poco por el centro, compramos otro waffle, nos sentamos a hablar un poco y nos fuimos a casa. Esa noche encontré un boleto a mi siguiente destino por 12 euros y lo compré en un impulso. No es bueno acostumbrarse a estar cómoda, luego se terminan haciendo cosas así.

Si, me gustan los árboles



Nadie sabe porque ese león es exhibicionista

Y pensar que alguna vez estuvo totalmente destruida



Nos despedimos temprano y tomé el tranvía hasta la estación de trenes para ir a Szczecin (A la fecha no lo puedo pronunciar bien). Llegué 7 minutos antes de que saliera el tren, en la pantalla no venía anunciado desde que anden saldría. Vi otro destino pero la hora era la misma que la del tren que me llevaría así que fui a ver si ese era el tren, un empleado polaco me dijo que no, pero no me pudo decir más porque no hablaba inglés, sólo me señaló a la derecha. Quedaban 5 minutos, fui a donde venden los boletos a preguntar y la señorita me dijo, muy groseramente, que fuera a información, que quedaba bastante lejos del lugar, no llegaría a tiempo, quedaban 4 minutos. Fui al anden que creí me había señalado el trabajador y pregunté a la gente que esperaba ahí, nadie sabía, quedaban 3 minutos. Iba bajando las escaleras cuando escuché un anuncio por el parlante, alcancé a escuchar Szczecin y me desesperé porque estaba en Polaco y más no logré entender, subí de regreso a ese anden y todos los chicos me señalaban el tren en el anden de al lado. Bajé las escaleras, quedaba un minuto. Corrí hasta el otro anden, el trabajador me dijo que ese era el tren, cerró la puerta tras de mí y comenzamos a avanzar. Fueron 7 minutos sumamente desesperantes, estuve corriendo de un lado al otro con la mochila en mi espalda.

Finalmente me fui a sentar a mi lugar y pude relajarme, haríamos varias paradas en el camino, una de ellas en una estación que queda a 15 minutos caminando del departamento de Philipp... maldita ignorancia, pasé 45 minutos en el tranvía y toda esa angustia en la estación para nada. Todo el viaje me fui peleando con una señora, ella cerraba la ventana y yo la abría, hacía muchísimo calor, vieja loca. Me terminé fastidiando y abrí la puerta del camerino para que me llegara la brisa de la ventana del pasillo, y como estaba sosteniendo la puerta con mi pierna no la pudo cerrar.

Llegué a Szczecin, me vería con mi anfitriona en media hora, así que tranquilamente caminé al punto de encuentro. La razón para visitar esa ciudad era simplemente que me quedaba de paso. Mi destino final era Amsterdam y tenía 7 días para llegar. Mientras caminaba me daba cuenta que era una ciudad muy linda, tenía edificios preciosos que se veían bien conservados. Mucha gente se me quedaba viendo, supongo que no es extremadamente común ver mochileros por ahí.



La universidad de artes

Llegué hasta su universidad y después de un rato salió a recibirme. Una chica encantadora originaria de Ucrania. Me dijo que cuando llegó a Polonia sólo hablaba ruso, así que la ponían aparte en el salón de clases, pero poco a poco fue aprendiendo polaco. Se crió en un pequeño pueblo en las montañas, vivió unos años en Varsovia y ahora estaba haciendo su maestría en esta ciudad. Fuimos a comer y ahí fue que me contó su triste historia de su reciente rompimiento. Para tratar de salir un poco de eso estaba aplicando a un intercambio a Portugal por un semestre (Que por cierto, al final lo logró, así que bien por ella). 


Hay no, que alguien me lleve ya a Polonia

Me llevó a su apartamento y después de dejar mis cosas me dio algunos consejos de que lugares ver y amablemente me invitó a irme. Ella ya me lo había advertido desde antes, que estaba muy ocupada y no podría pasar mucho tiempo conmigo, lo cual estaba bien para mí, soy bastante independiente al viajar.




Primero fui a todas las áreas verdes que me recomendó, dos parques, un jardín botánico y un bosque. Me dijo que esa era la ciudad más verde de Polonia, y no parecía mentira, estaba llena de árboles y plantas. 







Aquí fue cuando me atacaron los mosquito, en serio, volteaba abajo y sólo veía un bulto negro de tantos que eran

De ahí me dirigí al centro de la ciudad, estuve explorando los alrededores, que bonito era todo. Muchas partes de la ciudad fueron destruidas, pero varios edificios quedaron en pie y reconstruyeron otros. En general el lugar me hizo sentir bien y relajada, invitaba a quedarse por mucho más tiempo. Una lastima que tuviese los días contados.





Este desnivel que se ve es el techo del museo nacional, nombrado edificio mundial del año en el 2016. Es subterráneo y está hecho de concreto.







En la tarde/noche mi anfitriona y yo estuvimos hablando hasta que me dio sueño, ella se quedó despierta hasta la madrugada acabando un proyecto.

En la mañana me dijo que necesitaba despejarse, así que fuimos a caminar hasta el jardín botánico y de regreso. Fueron un par de horas, me habló de su vida, de su situación actual y de como se sentía. 


Regresamos a su departamento y ella tenía que ir a la universidad mientras que yo me fui a la estación de tren, en poco tiempo saldría un tren a Dolna Odra, los cuales son escasos y salen cada mil horas. Me formé para comprar el boleto y se movían muy lentamente, una persona podía pasar en ventanilla hasta 5 minutos, era una locura, no me imaginaba que tanto hacían ahí. Si la hora llegaba y no podía comprar el boleto me iba a meter de contrabando. Aunque al final lo pude comprar 5 minutos antes y me fui corriendo al anden... que no encontraba. Veía del 1 al 4 pero el 5 ni sus luces, como me hacen sufrir los trenes en Polonia. Finalmente un señor pudo explicarme y corrí hasta allá... para que el tren fuera 20 minutos retrasado, vaya suerte.

Cerca de la estación de Dolna Odra se encuentra un pequeño bosque llamado Krzywy Las (No, tampoco lo puedo pronunciar), cuyo atractivo es tener a un montón de árboles doblados sin saber como llegaron a ese estado ¿el peso de la nieve? ¿antiguos habitantes usaron herramientas para hacerlos así? ¿Aliens? Había visto fotos en una página de curiosidades muchos años atrás y siempre quise ir, esa era mi oportunidad.





Como no sabía a que hora pasaría el tren de regreso y como dije, eran escasos, decidí hacer dedo. El primer carro se paró, el señor iba hacia Gryfino, el pueblo más cercano. No hablaba una palabra de inglés, entendí algunas cosas que decía y medio le contestaba en serbio. Aunque no pudiera comprenderlo emanaba una vibra que me hacía sentir bien,era una buena persona. Me dijo que me dejaría en la estación de tren por si quería ver los horarios.

El siguiente tren saldría en una hora, el boleto costaba dos euros por lo que lo compré y pasé esa hora viendo los alrededores del pueblo.


No había mucho que ver en realidad


Regresé a la ciudad y me di otra vuelta por el centro. Ya no había mucho que hacer realmente, había visto lo más importante así que sólo caminé sin rumbo hasta que se hizo tarde. Como a eso de las 8:00 vi a mi anfitriona, creo que sólo fuimos a su apartamento a cenar y hablar. 

En la mañana tomé un autobús a mi siguiente destino. Lo hice porque después de revisar la ruta no estaba segura de si me llevaría todo el día, y no quería desperdiciar tanto el tiempo puesto que ahora era limitado. Cuando tengo más tiempo no es problema pasarlo todo el día en la carretera, pero ahora quería ver más cosas. Al llegar el autobús ya estaba esperando, así que sólo me subí y esperé a que me levara a Alemania.


Esta iglesia está hecha de concreto, fue construida por el dueño de una empresa que vende concreto, haciendo de este edificio un enorme anuncio

Sólo un mural que me gustó y lo ultimo que vi antes de tomar el autobús a Alemania.

Gastos de 6 días

32 comida torun
02.5 baño
025 comida
03.8 boleto gdansk
30 ropa
19 comida mexicana
11 waffle
53.9 boleto a Szczecin
26 comida
07 comida lentejas
08.4 tren bosque
06.5 tren regreso
202.6 zloty

17 euros bus a Lübeck

64.5 euros

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