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sábado, 21 de enero de 2017

Utrecht... de nuevo. Tengo una obseción con los Países Bajos

Miercoles 18 de enero, el día que tendría que dejar Irlanda del Norte llegó. Después de esos dos meses me había acostumbrado a esa casita en medio de la nada, Eli pasaba más tiempo ahí y en general estaba contenta. Pero la vida sigue y ya tenía un vuelo a Amsterdam que no podía desperdiciar. Salí de la casa a las 10:30 a.m, Eli y yo nos abrazamos y partimos caminos.

Decidí probar hacer dedo hasta Dublín, ciudad que se encuentra a una hora y media de donde estaba. Tenía que estar a mas tardar a las 2:00 p.m en el aeropuerto, y eso ya llegando muy tarde. Me puse el limite de las 11, si nadie me recogía a esa hora, haría dedo hasta Armagh para tomar el autobús. Idea que no me agradaba porque llegaba a las 2 al aeropuerto, y yo quería estar a la una. No me gusta estar apurada y angustiada.

Dieron las 10:58 y dije, este es el ultimo carro que espero, si no se detiene me voy a Armagh, pero ¡se detuvo! No iba hacia Dublín, pero me adelantaría unos 20 km hasta Newry. Al final decidí no arriesgarme y tomar el bus. No valía la pena perder un vuelo y tener que comprar otro nuevo más costoso por ahorrarme 10 libras. El conductor super amablemente me llevó a la estación de autobuses, donde estos salían cada hora. Así fue como pude llegar al aeropuerto a la 1 como quería.



Llegué a Amsterdam a las 6 p.m y el oficial de migración me hizo muchos problemas. Demasiadas preguntas, pero lo que me salvó fueron mis miles de sellos para probar que nunca me quedo en ningún lugar. De mala gana me selló el pasaporte, no me preguntó por mi boleto de regreso a México ni cuanto dinero tenía. Me preguntó mis razones para visitar los Países Bajos y sobre los amigos con los que me quedaría.

Puesto que estaba oscuro y yo muy cansada, decidí pagar los 10 euros para el boleto de tren hasta Utrecht. Total, ya ahorraría en otros días. Llegué al departamento de mis amigos, cené un pedazo de, llamemosle lasagna, que ya traía de Irlanda, platicamos un rato y me fui a dormir.

Al día siguiente tenía una entrevista que definiría mi 2018, pero hubo una confusión. Ella me escribió: at 10 a.m in your time zone. Pues me levanto y tenía mensajes de las 3:00 a.m por lo de la entrevista. Ya no contestó a mis mensajes y es una oportunidad perdida por una tontería. Así es la vida, tengo otras dos opciones, a ver si alguna funciona.

Después del fiasco de la entrevista, decidí pasear por la ciudad. Elegí un parque a 5 km de distancia y me fui por calles por las que nunca había pasado. Tomé otro camino de regreso y en definitiva me di cuenta que amo esta ciudad. Me siento muy comoda en ella. De regreso pasé a la tienda para comprar cosas y cocinar la cena para mis amigos. Así cuando llegaran de trabajar ya tendrían comida casera y caliente. Estuve hablando con algunos chicos en tinder, aunque no sé para qué, esta vez no tengo tiempo para citas.








Ese día me fui a dormir temprano porque al día siguiente fui a Den Bosch, una ciudad a una hora al sur de Utrecht. Salí un poco tarde del departamento, y me tomó casi una hora llegar al estadio. Cerca de ahí hay un punto que es zona oficial para hacer dedo. Esperé menos de 10 minutos cuando un señor se detuvo y me llevó hasta la ciudad. Era un señor mayor y me costaba un poco entender su acento, y él también tenía problemas entendiendome haha.



En la ciudad no pasó mucho, como estaría poco tiempo me dediqué a caminar de un lado a otro y a meterme en todas las calles que pudiera. Caminé por horas, es una ciudad preciosa. Es más espaciosa que Utrecht aunque con el mismo estilo de arquitectura. Elegí esa ciudad porque cuando fui a Madurodam vi un modelo a escala de su catedral y mi meta se convirtió en ver la de verdad. Aparte de eso, en un grupo en fb mucha gente la recomendó.














A eso de las 3:30 p.m me comenzó a dar muchísimo frío. Ya no estaba disfrutando nada, por lo que decidí regresar a Utrecht. Busqué en hitchwiki el mejor lugar para hacer dedo y me encaminé hacia el lugar. Esperé dos minutos cuando un señor se detuvo, esa fue suerte. Él no iba a Utrecht pero como no tenía prisa se desvió unos kilometros para dejarme en la estación central. Era obvio que nos habíamos gustado, esas cosas pasan. Era atractivo, gracioso y tenía unos ojos azules tan lindos. Aunque tenía 48 años, yo le había calculado 40, como sea, la edad es un número y este era sólo un aventon, pensé en porque no besarlo, ¿qué es un beso? hasta que dijo que tenía esposa e hijas haha pues nada, con hombres casados yo no me meto. Le di las gracias y me fui a la ciudad.

Llegué al apartamento, aún había carne, así que sólo preparé arroz y frijoles refritos para que cenaran mis amigos. Yo comí muy poco porque a las 8:00 p.m salí con una amiga a comer bitterballen. Un snack holandés muy rico. Fue buenísimo verla otra vez después de tanto tiempo. La conocí en mayo del año pasado en Seúl, Corea. Hablamos de cuanto extrañabamos Asia y de como era nuestra vida ahora. Ella compró una casa y yo sigo de alma libre.




Llegué a dormir y hoy me voy a cambiar de casa con un chico de couchsurfing. Una casa con 15 personas, eso va a ser interesante. Me toca dormir en un atico. 

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