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viernes, 27 de julio de 2018

Llegada a Kuala Lumpur

Llegué en la mañana a Kuala Lumpur, la capital de Malasia. Me apresuré a llegar al control de pasaportes sólo para encontrarme con una fila increíblemente larga y un wifi que no funcionaba. La fila avanzaba lentamente mientras había un taiwanes atrás de mi que no dejaba de tratar de pasarse hacia adelante, aunque como mi mochila es grane le pude impedir el paso, sin embargo fue una molestia por los más de 45 minutos que estuve ahí.


Finalmente pasé el control sin que me hicieran una sola pregunta, miraron mi pasaporte y lo sellaron, igual que la vez anterior hacía dos años. Pasé rápidamente el centro comercial que es parte del aeropuerto, cambié un billete de 10 euros en el único lugar que vi donde podía hacerlo y tomé un autobús a la ciudad. 

Me pareció curiosa la decoración navideña siendo un país musulmán, aunque sí, es el aeropuerto 

Salir me significó un shock, hacía muchos meses que no sentía una temperatura tan alta y húmeda, me costaba trabajo respirar. Todo el camino me fui acalorada y cuestionándome el porque no había hecho dedo o el porque no había hecho una parada en Putrajaya para ver la mezquita rosa. Aún me arrepiento de ello.

Esta era mi segunda vez en Kuala Lumpur, la primera vez había pasado una semana ahí y ya había visto casi todo lo turístico. La única razón por la que decidí quedarme algunos días fue porque una chica irlandesa que había conocido dos años antes (En Malasia también, estuvimos de voluntarias en el mismo lugar por dos semanas) me dijo que estaría por ahí, así que reservé 3 noches en el hostal más barato que encontré por 4 euros la noche.

Caminé por aproximadamente media hora desde la estación donde el autobús había parado y antes de llegar al hostal hice una parada en un restaurante de comida hindú. Llené mi plato al tope porque estaba muriendo de hambre y lo devoré en menos de 10 minutos. Cuando vi la cuenta no me lo creí, 5 ringgit, eso era como 1.10 euros por toda esa cantidad de comida, había llegado al paraíso.

Llegué al hostal, obviamente no era lindo pero no tenía chinches y eso ya es ganancia. Conocí a una chica holandesa que estaba enferma y a una chica de Sri Lanka que llevaba como 2 semanas en ese hostal por no recuerdo que motivo. Hablamos un rato y después me salí a dar la vuelta, aunque realmente no tomé ninguna fotografía ni hice anda especial. Me pasé a una tienda a comprar pan y crema de maní para desayunar los siguientes días.

En la noche recibí un mensaje de la irlandesa, se había quedado más tiempo del esperado en Tailandia e iría a KL hasta el 29 de diciembre (estábamos a 22). Me molesté porque ya había planeado todo para verla cuando yo ni siquiera tenía intensiones de quedarme en esa ciudad. Pero no podía hacer nada.

En la mañana conocí a dos chicos alemanes que estaban de vacaciones, pasarían ese día en KL y se irían en la mañana a Tailandia. Fuimos a pasear juntos y les propuse ir a los puentes suspendidos cerca de la torre de comunicaciones, ya que la ultima vez que fui no los encontré. Esta vez Maps.me me dijo exactamente como llegar.

La torre ya estaba cerca, sólo un poco más

Y llegamos, una pequeña jungla en medio de la ciudad



De ahí fuimos al jardín botánico a caminar, el calor se había vuelto insoportable. Encontramos una especie de casas de árboles, nos subimos a una y dormimos un rato. Al despertar volvimos a los alrededores del hostal, uno de los chicos se fue a dormir un rato al hostal y con el otro me fui a comer algo a un restaurante chino. Esa ya fue más costosa... 3.80 euros, que robo :v


Estaban muy ricos, con carne de cerdo. Algo que amo de Malasia es que encuentras comida china, hindú e indonesia ya que estas tres naciones conviven en el país. 68.8% bumiputeras (autóctonos de la zona de Malasia, Indonesia y Brunei), 23.2% chinos y 7% hindúes.

Regresamos al hostal a dormir un poco para salir en la noche a algún bar. La verdad es que no me gusta gastar dinero en alcohol porque no es algo que necesite o me haga muy feliz, generalmente voy a bares y no pido nada, sólo paso tiempo con la gente. Pero este chico me invitó un white russian haha era con el que había ido a cenar, el otro seguía dormido, y una vez que llegó al bar nos saludo y desapareció por un buen rato. Finalmente salió y se había hecho de dos amigos nuevos, también alemanes.

El chico con el que estaba y yo decidimos irnos a caminar por Chinatown aunque ya todo estuviese cerrado. Nos sonreíamos como idiotas y nos acercábamos cada vez más.


Me asusta pero me gusta :v


Regresamos a hostal, fuimos a la terraza y conocimos a un chico de la Ciudad de México que estaba en su primer viaje fuera del continente Americano. Dijo que tenía planeado quedarse todo el mes en KL, lo cuestioné un poco sobre eso y le recomendé posibles lugares, pero no, ahí se quería quedar. Extraño pero es decisión de cada uno. Para entonces el chico ya me estaba rodeando la cintura con el brazo, por lo que el chico mexicano nos preguntó que si estábamos viajando juntos. Fue un poco embarazoso decirle que nos habíamos conocido esa mañana.

Nos fuimos al pasillo y tal como si el Bronco hubiese susurrado en mi oido "ahora dale un beso" me acerqué a él y temblando le besé. Su amigo fue lo suficientemente amable para quedarse fuera del cuarto por una hora hahaha y nada, nos despedimos para siempre porque él se iba como a eso de las 5 de la mañana, aún hoy en día seguimos hablando, aunque sólo como amigos.

Del día siguiente no hay mucho que contar. Caminé mucho para llegar a un restaurante que vi en Internet que recomendaban mucho y que resultó estar cerrado, terminé comiendo en uno de esos lugares que llaman "Economic rice" donde te dan un plato con arroz y tu te sirves lo que quieras del buffet.


2.30 euros y quedé muy llena

De ahí me fui a las Torres Petronas porque me gustan y a buscar zapatos, ya que mis botas eran para un clima más frío y aparte estaban destrozadas. Sin embargo no encontré nada que me gustara.


Decoración navideña dentro del centro comercial que está ahí en las Petronas

Una vez que el calor me venció regresé al hostal para planear el resto de mi viaje en Malasia. En ese momento tenía una lista de los países que quería visitar y los días que le dedicaría a cada uno, finalmente no la seguí para nada. Pero en fin, al día siguiente iría a un destino al que por mala planeación no pude ir dos años atrás.

No son antes pasar por un smoothie de fruta del dragon al lado del mercado central

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