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domingo, 17 de septiembre de 2017

Un mes en Serbia

Mi plan inicial era ir por una semana a Serbia, reservé un hostal puesto que quería tener la libertad de hacer lo que quisiera y no me interesaba pasar tiempo con un anfitrión de couchsurfing, además de que sólo serían 5 euros la noche. Sin embargo cambié de idea cuando vi que un hostal estaba buscando a alguien que trabajara unas horas a cambio de hospedaje, decidí entonces que me quedaría un mes en Belgrado y el trabajar unas horas me mantendría ocupada para no aburrirme. Y es así como una mañana cualquiera tomé mis cosas e hice dedo hasta Newry. Puesto que mi vuelo a Bucarest era a las 4 de la tarde no quería arriesgarme y en Newry tomé un autobús al aeropuerto de Dublín. 

Al pasar por seguridad traía conmigo tres bolsas llenas de botellas con salsa valentina y productos varios. Me dieron una pequeña bolsa y sólo podría pasar lo que cupiese ahí, era una catástrofe. Por suerte una pareja me dijo que no llevaban líquidos y logré pasar todas mis salsas, aunque tuve quetirar una crema y un desodorante. Para colmo de males todas mis bandejas pasaron a revisión, así que estuve esperando mil horas. Como la primera tardó 20 minutos en ser revisada se apiadaron de mi y me dejaron pasar la otra sin revisarla, después vería que tuve mucha suerte pues llevaba más líquidos ahí que había olvidado.

Llegué en la noche a Bucarest y busqué una banca para pasar la noche pues en la mañana tomaría un vuelo a Timisoara, una pequeña ciudad muy cercana a la frontera con Serbia. La verdad es que no fue tan malo, había luz y ruido pero logré dormir hasta las 6 de la mañana. Como había salido de la zona de seguridad estaba nerviosa por mis salsas, pero al ser vuelo nacional practicamente ni miraron nada.

Llegué a Timisoara sin mayores contratiempos y tomé el autobús a la ciudad y por suerte tenía conmigo aproximadamente 25 lei que me sobraron de la vez que fui a Bucarest en 2011. Mi anfitrión de couchsurfing trabajaría hasta las 11 de la noche, lo que era una pena. Precisamente mi desición de quedarme en Timisoara un día se basó en encontrar a una persona que se viera buena onda para pasar tiempo con ella, pero así es la vida. Nos vimos en su trabajo y me dio las llaves de su estudio. 

El calor que sentí me estaba matando, había pasado de la agradable frescura irlandesa a unos sofocantes +30°C. Llegué a su estudio y tomé un baño que de verdad necesitaba, me acosté un momento en la cama y... me quedé dormida por 5 horas. Desperté a las 6 de la tarde lista para salir a caminar, a penas puse un pie fuera lamenté mi descición, el calor era aún peor. Caminé hasta el centro y me refugié en un café para tomar algo frío, me quedé hasta las 8 cuando el sol ya no estaba ahí, intentando asesinarme.

Caminé un poco por el centro y demás, pero era mi tercera vez ahí por lo que no había nada nuevo que ver. Fui a un supermercado a comprar huevos y salchichas y regresé al estudio para preparar mi cena. No había comido casi nada en las últimas 24 horas pero no tenía hambre. Después de comer me acosté a dormir y mi anfitrión llegó a la media noche. Hablamos un poco y vimos un episodio de Rick and Morty. El es un estadounidense que por alguna razón decidió estudiar su maestría en Filosofía en Rumania. Bueno, la razón es el costo y que tenían exactamente el programa que él quería.

En la mañana me preparó el desayuno y hablamos hasta la 1 sobre nuestros viajes, la vida en Serbia y en Rumania, comparamos sociedades y demás, fue bastante interesante. Aunque pronto tuve que irme puesto que hacer dedo lleva algo de tiempo. Lo malo es que tomé como 5 cafés y me dio taquicardia, más el calor y la caminata que tuve que hacer desde la parada del autobús hasta el punto para hacer dedo casi me desmayo. Tardé un momento en sentirme menos mal, pero lo logré y después de media hora un señor se detuvo. Sólo me podía llevar hasta la frontera, pero por mi eso estaba perfecto. Antes de eso me dijo que debía de comer algo así que me llevó a comprar comida. Me compró queso frito, como extrañaba eso. Me contó de sus vacaciones en Croacia y de su familia, fue muy amable, así hasta gusto da hacer autostop.

Me dejó en la frontera, puso mi mochila sobre mis hombros y fui a que me sellaran mi pasaporte. Para salir de Rumania ni hola me dijeron, sólo sellaron. Caminé hasta el lado serbio y cuando el policía se dio cuenta que hablaba serbio me comenzó a hacer plática y me dijo que debería de buscar a un serbio para casarme y quedarme haha

Pasé al otro lado y comencé a hacer autoestop, pero pasaba un carro cada dos minutos. Finalmente un taxista se detuvo y me llevó gratis a Vrsac, la primera ciudad después de la frontera. Como sé que hay muy poco tráfico entre esa ciudad y Belgrado decidí simplemente tomar el autobús.

Llegué al hostal aproximadamente a las 5:30 de la tarde, y comencé a trabajar inmediatamente porque estaban llenos de personas. Tuve que aprender como funciona el sistema en minutos, aunque fue bastante fácil para ser sincera, es simple. Conocí a Ivana, la recepcionista principal y a Zvezdana, la encargada de la limpieza, quien no habla inglés, lo que sinceramente me vino bien para desempolvar mi serbio.

Ahora, no voy a relatar todo lo que me pasó porque fue mucho, pero separaré este mes por temas.

El trabajo en el hostal

Se me prometió que trabajaría 5 horas al día por 5 días a la semana... eso no pasó. Me importó poco porque estaba en Serbia y de todas formas por mi propia cuenta yo me habría quedado esa hora extra. Me dieron sólo un día libre, lo cual tampoco me importó porque no tenía planes en si para salir de la ciudad. Sin embargo entiendo como estas cosas pueden ser muy malas para otras personas. Por el lado positivo, el trabajo fue muy relajado. Me tocaba registrar a los nuevos huéspedes y cuidar de que la cocina y el área común permaneciesen limpios. Había veces en las que podía quedarme en mi teléfono por dos horas sin interrupciones. Sin embargo era molesto ver como a la dueña le importaba tan poco su propio negocio, nunca se aparecía por el lugar y cuando lo hacía sólo era para recoger el dinero. Y así no quieras esa actitud se contagia, así que pronto también dejó de importarme tanto y hacía lo mínimo necesario, de todas formas, ella nunca estaría feliz. A pesar de no estar tan mal en general, la última semana estuve considerando seriamente pagar un hostal y punto, a fin de cuentas la temporada baja había iniciado y los precios andaban por los suelos. Es posible encontrar una cama en un dormitorio por 4 euros. Más que nada porque el voluntario del turno de la noche se fue y me tocaba despertarme a recibir personas que llegaran a mitad de la noche, odio eso. Pero no lo hice para no dejarle más carga y problemas a Ivana y Zvezdana, además me agradan y siempre es bueno pasar tiempo con ellas.

La vida en el hostal

Es difícil, a veces conoces gente genial que es muy difícil dejar ir, sobretodo cuando se quedan por una o dos semanas, te acostumbras a su prescensia y duele cuando se van. Eso me pasó sobre todo con dos chicos que llegaron y simplemente tenían una vibra tan buena que todos los queríamos. Igualmente conoces personas todo el tiempo, casi siempre hay con quien hablar y suele ser divertido. Con la temporada baja llegaron menos personas pero también estudiantes que se quedarían por el resto del tiempo que estuve aquí, así que formé amistad sobretodo con dos japoneses muy graciosos cuyo inglés no es el mejor, pero igual nos hacíamos entender.

Contratiempo

Durante mi segunda semana llegaron 4 daneses, de esos chicos que se creen la gran cosa, no hablaban con nadie y eran groseros. Una madrugada me despertó uno de ellos para decirme que los habían atacado en un club nocturno y dos de ellos estaban desaparecidos. Para no hacerla larga, terminé 6 horas en la estación de policía traduciendo del inglés al Serbio. Al parecer los idiotas comenzaron a hablar sobre fútbol con unos fanáticos justo un día antes de un partido entre los equipos de Estrella Roja y Partizanos. Eran 10 de ellos, los sacaron del club y los tumbaron al suelo, para salir de esa tenían que besarles los pies, el que me despertó lo hizo y regresó al hostal con 10,000 dinares menos (Casi 100 euros). Uno de ellos apareció a la hora sin problemas y el otro 2 horas después con una costilla rota, un ojo morado, la piel de su brazo desgarrada y con los dos dientes delanteros rotos. Al final de las 6 horas ni gracias me dieron, pero el jefe de la policía me invitó el desayuno, súper amable el señor. 

De amistades

Prácticamente no me quedan amistades en Serbia, es la parte negativa de la persona nómada, pero pude ver un par de veces a mi amigo mexicano Jacob. No era lo que esperaba pero estoy conforme haha lastima que ya no lo pude ver al final porque estaba ocupado con la facultad. Otro de mis amigos estuvo en Estados Unidos y a otro apenas lo vi ayer por un rato. 

Salidas

Fui sólo a dos excursiones fuera de la ciudad. Una a Arandjelovac donde me perdí en la montaña por salirme de los caminos señalados y donde caminé por 4 horas sin saber si podría salir, y Kragujevac, donde había estado años antes. En ambos lugares no había mucho que ver, pero la comida fue deliciosa y me agradó salir un poco de la capital para estar más en calma.

En general fue un mes muy tranquilo, salí a caminar por la ciudad varias veces, tuve algunas citas, comí en varios restaurantes y fui a muchos cafés, un lujo que no me puedo dar en muchos países. Al final me habré gastado unos 200 euros en el mes. Ahora me preparo para ir a dedo por Croacia por tiempo indefinido, hice calculos y en este país voy a gastar más de la media, mi presupuesto sube de 300 euros a 500 por este mes, lo que para mi es un montón.

Adiós por ahora Serbia, siempre que vengo es una experiencia diferente y siempre es hermoso. Cada vez te dejo con pesar y lágrimas, cada vez que estoy fuera extraño tus calles, tu comida, tu idioma, tu todo. Pero no puedo quedarme, no por ahora, sin embargo puedo asegurar que me voy para quedarme.

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